jueves, 3 de marzo de 2011

¿Paleolítico en Horta y La Clota?

Navegando por Internet localicé un artículo relacionado con La Clota que me llamó la atención.

Se trata de un texto escrito por el Blog del Observatori de Ciberpolítica que recoge varios artículos publicados en la revista “La Vall d’Horta i el Guinardó” firmados por Varela y Ramírez dónde se presentan algunas pruebas de la presencia del paleolítico en la zona de Horta y la Clota.

El artículo expone que podrían existir pruebas firmes e irrefutables de que en Horta y la Clota existió una presencia humana en el paleolítico con muestras de la cultura acheliense. De ser esto cierto estaríamos ante un hallazgo arqueológico relevante ya que no existen muestras de paleolítico en Barcelona.

El valle de Horta y la Clota es una cuenca sedimentaria del Pleistoceno (el período geológico que va desde hace 2,5 millones de años hasta el final del último período glaciar hace 12.000 años), con algunas intrusiones de pizarras más antiguas (Ordoviciano) y granitos alcalinos del Pérmico y del Carbonífero que nada tienen que ver con el período de presencia humana.

Los animales típicos de esta era fueron el mamut, el reno, el oso polar, el rinoceronte lanudo, etc. La vegetación predominante era parecida a la de tundra o desiertos fríos de hoy que se encuentran cubiertos de musgos y líquenes. En las etapas interglaciares cálidas aparecieron los rinocerontes y caballos esteparios, los hipopótamos y tigres de grandes colmillos. También existía una fauna indiferente al clima (alces, zorros, gato montés, bisontes, etc.). Además esa época es conocida como la "era del hombre" (por ser un periodo en el que el ser humano se desarrolló e inicio actividades como cazador-recolector. En todo el amplio periodo que se corresponde con el paleolítico se corresponde con el homo habilis, homo erectus y homo neanderthalensis (Datos extraidos de la Wikipedia).

Evidentemente la ciencia tiene sus límites y no hay nada irrefutable, pero las pruebas referenciadas en los artículos, no parecen importarle al Ayuntamiento, que ha iniciado un conjunto de actuaciones en la zona que serán seguidas por otras más agresivas, y todo hace sospechar que han sido iniciadas sin realizar estudios geológicos y paleontológicos completos que refuten o confirmen estos indicios.

Más información: http://www.joserodriguez.info/bloc/?tag=clota

15 comentarios:

Jose Rodríguez dijo...

Soy el autor del blog que citas y el artículo

http://www.joserodriguez.info/bloc/?p=1025#more-1025

Más bien deja que hay dudas serias sobre la posibilidad de que haya piezas paleolíticas en La Clota y que los expertos consultados indican que no son piezas de ese período (de hecho no son piezas humanizadas).

. dijo...

En cierto camino de Horta, afloró un fragmento óseo, cuya manipulación humana, y su edad coincidente con la del hueso, han admitido todos cuantos lo han visto; tal vez porque todo ello es verdaderamente obvio. Lo han admitido incluso aquellos de quienes el Sr. Rodríguez dice que realmente dudan de la naturaleza paleolítica de las piezas pétreas de Horta. Uno de éstos indicó que el hueso estaba tratado por humanos, claro que sí; pero que la vejez de aquel resto óseo no superaba los 300 años. Sin embargo, todos los paleontólogos que han visto ese hueso coinciden en que su antigüedad, y la de su humana manipulación, son, a todas luces, de edad paleolítica; y bien de edad paleolítica. Todos. Ello en base a una fuerte mineralización del hueso, que no sucede sino con el paso de miles, miles, y más miles de años.

Aquel resto óseo, a medio surgir de un terreno en erosión, éste del Pleistoceno, es, aún en la física pequeñez del hueso, y dadas sus elocuentes circunstancias, prueba suficiente para afirmar la presencia humana paleolítica en Horta; por cuanto, aún de venir rodado dicho fragmento óseo, eso no sería, en ningún caso, desde más allá de las laderas de la adyacente Sierra de Collserola. En adición, cabe indicar que el buen estado de las aristas del hueso, además de la evidente no destrucción del mismo, no permiten suponer un rodamiento excesivo.

Evidencias tales, en relación con el Paleolítico de Horta, las hay hasta para aburrir: Bifaces, Hendedores, Picos, Triedros...

Sin embargo, he de asumir que el Sr. Rodríguez, y cualquier otro, están en su derecho de dudar de lo que quieran; incluso a despecho de las pruebas más atronadoras.

De hecho, el Sr. Rodríguez también sabe lo del hueso, y lo que se dijo de él.


Varela

. dijo...

Pienso que la ocasión no pide que me ponga a explicar cómo se sabe que un Bifaz Achelense es un Bifaz Achelense, por ejemplo; o qué tecnologías se ven aplicadas en los materiales paleolíticos de Horta. Sin embargo, creo que podemos tratar de las piedras de Horta, en términos que, no siendo relativos a tecnología o tipología paleolíticas, sí puedan, tal vez, ofrecer interesantes sugerencias acerca de qué es lo que sucede con todo este asunto:

Junto al camino en donde fue hallado aquel fragmento óseo, hay un notable barranco, que muestra la sucesiva acumulación de materiales (básicamente: lodo y piedras) que se dio en aquel lugar. ¿Cuándo? Al decir de los geólogos que lo han visto: En el Pleistoceno; ésto es, en época paleolítica.

Hacia el techo de aquel barranco, lo que hay no es lodo y piedras; sino polvo: Es sedimento portado por el viento. Ésta interesante circunstancia nos fue corroborada por un profesor de Geología, ya jubilado, pero de notable prestigio, a quien pusimos directamente frente al lugar. Ni él ni ningún otro geólogo se explican, Geología en mano, que hacía, formando solidariamente con el sedimento, una piedra de cuarzo, de dimensiones no pequeñas. Allí, no hay resto de ninguna eventual arroyada, que hubiera podido traer aquella piedra, ni hay ninguna otra piedra similar. En cualquier caso, las arroyadas acostumbran a no portar una sola y única piedra, sino que arroyan todas las piedras que, a su paso, son capaces de arroyar. Si, a todo ello, le añadimos el que la piedra está tallada, la explicación de su presencia allí ya queda claro que no se ha de pedir a la Geología; sino a la Arqueología Paleolítica. Ni la piedra ha podido ser clavada allí, en tiempos posteriores a la sedimentación pleistocena, ni ha podido ser enterrada desde arriba de la formación sedimentaria: Lo primero, porque aquel polvo no está consolidado, y su excavación no produce agujero, en donde clavar una piedra semejante, sino desmoronamiento generalizado. Lo segundo, porque aquella formación de polvo pleistoceno está coronada, finalmente, por una costra, de notable calcificación, que sería imprescindible romper para enterrar lo que fuera. Y no estaba rota.

Yo no creo que aquella piedra llegara volando con el viento. Sí pienso que su presencia allí se debe a humanos del Paleolítico; no veo otra posibilidad razonable, tras atender a todas las circunstancias del caso.


Varela

. dijo...

En el mismo pleistoceno barranco que vengo de citar, y más abajo del nivel en que apareció aquel cuarzo, había cierto elemento pétreo, formando parte, consistentemente, de su pleistoceno estrato. Aquello sí es de arroyada, y pudieron venir (y vinieron) muchas piedras traídas por las aguas. No obstante, aquel elemento pétreo, tal vez de aspecto anodino, resultó ser sílex. Si, desde el punto de hallazgo, uno levanta la vista, hasta las laderas de la Sierra de Collserola, no alcanza lugar alguno en el que, jamás, se haya encontrado sílex de origen natural. En todo Horta, no se da el silex. Para este caso, tampoco creo que ese elemento pétreo llegara volando con el viento, y menos de tan y tan lejos como tendría que haber venido. Dicho elemento pétreo le fue entregado al Sr. Rodríguez, con explicación de sus circunstancias.


Varela

. dijo...

Aquel profesor jubilado también identificó como pleistoceno el cercano barranco de la Riera de Marcelino (también en Horta). De un Pleistoceno no muy-muy antiguo, dijo. Perfectamente concordante, sin saberlo de antemano el profesor, con la Edad/Estilo atribuíbles a los materiales paleolíticos arrancados de aquel barranco. Por razones obvias, tal identificación cronológica del barranco no nos sorprendió. Una de esas piezas arrancadas lo fue, directamente, ante los ojos del Sr. Rodríguez; y con bastantes dificultades, como él mismo pudo observar. Era otro cuarzo, también de buen tamaño.

Ese cuarzo le fue mostrado a un experto, quien, entre otras sugerentes características en la factura de esa pieza, advirtió, por sí mismo, y con facilidad, que la pieza estaba apuntada, y que tal punta mostraba claras muestras de utilización como herramienta. Se trata de un útil, admitió; pero, dijo, sería de época medieval.

Al margen de lo chocante que resulta cualquier atribución, apriorística, de una herramienta lítica a la Edad Media, la procedencia, de la aquí citada, de un estrato pleistoceno intacto, conduce, inevitablemente, a tener que admitir que se trata de un útil de la Edad de Piedra. Además, es que la pieza era un rotundo Pico Triédrico; un tipo de pieza concordante con el Achelense, y, en cualquier caso, típico del Paleolítico Inferior.

Sin embargo, cuando, a continuación de tan desafortunado comentario por su parte, al experto (pues, sin duda, se trataba de un experto en Paleolítico) se le informó del origen pleistoceno de aquel Pico, su reacción fue la de elevar su voz para subrayar, con lo que nos pareció una vehemente síntesis fuera de lugar, que él decía que no. Así, sin más. Era el mismo experto que tasó en no más de 300 años el fragmento óseo de referencia en mi primera intervención en este hilo. Un experto que ha visto muchos huesos pleistocenos antropizados, y que sabe qué aspecto ofrecen.


Varela

. dijo...

En Arqueología Paleolítica, cuando se encuentra una materia prima que no procede del lugar, se dice de ella que es "de importación". Como, por ejemplo, es el caso del sílex que mencioné no hace mucho, en este mismo hilo.

Por supuesto, se considera que son evidencias de la actividad humana.

Tal pensamos que se da también en el siguiente otro caso: Entre la Ronda de Dalt y el Velódromo de Horta, apareció un magnífico Bifaz Achelense; en superficie, pero en un terreno en erosión. Ésto se desprende, entre algunas otras circunstancias, del hecho de que las raíces de los árboles del lugar estaban bastante al aire. El Bifaz, que apareció junto a alguna de esas raíces, está tallado con talla bifacial, como corresponde; pero, además, lo está en un estilo común entre los Bifaces Achelenses aparecidos en Horta. En las estribaciones de la Sierra de Collserola, las que miran a Horta, no es demasiado difícil el hallar piezas achelenses.

La citada pieza, en concreto, es de un material mayoritariamente azul; un gneis, creemos. En cualquier caso, nosotros jamás vimos ese tipo de piedra en toda la zona de Horta.


Varela

. dijo...

Me viene a la cabeza aún otro caso similar:

Junto al ya citado barranco de la Riera de Marcelino, apareció otro Bifaz; también, claro, de talla bifacial. Era una pieza de aspecto envejecido y alterado; como, por cierto, puede esperarse de una pieza del Paleolítico.

El material constitutivo de esta verduzca pieza era la grauvaca. Nuevamente, se trata de un tipo de piedra que no se conoce en todo el ámbito del que la pieza podría provenir, rodada por causas naturales. Sin embargo, y por desgracia, este Bifacial apareció netamente en superficie, y no estratificado.

Fotografías de esa pieza, y de otras de Horta, le fueron enviadas a cierto profesor, conocedor del Achelense.

En su contestación, el profesor indicó que era difícil juzgar a través de fotografias, pero, aún así, señaló, entre otras, la presencia de un Bifacial que dijo dudoso, y la de otro de mejor aspecto aunque bastante alterado. Tras ello, manifestó que todo junto hacía pensar en una industria del Paleolítico Inferior, y que se podría decir que, si el conjunto era homogéneo, se trataría de una industria achelense; pero que habría que verlo al natural.

Así que fuimos a ver a dicho profesor, con unas cuantas de las piezas achelenses de Horta, para que las apreciara directamente. Y, en vista de las mismas, dijo no poder negar el que, efectivamente, eran piezas achelenses.

Sin embargo, y desafortunadamente, rehusó el poner, por escrito, el que aquellos eran materiales de dicha naturaleza paleolítica, y ello porque el Achelense es ya muy conocido.

Dejando aparte otras cuestiones, nosotros pensamos que sí merecería la pena, y mucho, el excavar esos materiales, porque, siempre en nuestra opinión, el Achelense de Horta posee unas peculiaridades que le confieren un fuerte carácter propio, dentro del mundo de las piezas achelenses. El Achelense de Horta ha rendido piezas verdaderamente formidables. Además, con las piezas podrían surgir otras cosas; nunca se sabe. Hasta que se excava.


Varela

. dijo...

Lo anterior nos lleva, quizás, a la cuestión de lo que los expertos opinan sobre las piezas pétreas del Achelense de Horta.

Algún experto más ha habido que, identificando como achelenses piezas de Horta, ha declinado nuestra invitación de ponerlo, con claridad, negro sobre blanco. Y algún prehistoriador que, no siendo experto en Paleolítico, ha detectado que las piezas de Horta ofrecen el mismo aspecto que aquellas paleolíticas que ha visto. E incluso algún geólogo que dice que el aspecto de esas piezas no es el normal en el contexto geológico en el que aparecieron.

Otro caso es el de cierto profesor, que nos escribió acerca de tres piezas que le hicimos llegar. Dijo que la de cuarzo tenía buena pinta, y que la de cuarcita era diáfana y clara, de libro. Aunque he de precisar que esa última pieza provenía de un desmonte del cerro Turó de la Rovira, y no del Valle de Horta. No obstante, ese cerro, y el contiguo de El Carmelo, tuvieron, estamos seguros, mucha relación con el poblamiento paleolítico del lugar; cosa a la que intentaremos ir, en un futuro, más adelante en este hilo.

Nosotros, personalmente, no necesitamos "autentificaciones" ajenas, porque ya sabemos lo que esas piezas de Horta son. Sin embargo, pareció que tales documentos podrían movilizar firmemente a la Administración. Pero qué va.

En Patrimoni Cultural (Generalitat de Catalunya), suponemos que aún tendrán una modesta caja de zapatos, con algunas piedras de Horta dentro, cuidadosamente envueltas. Y con dos escritos, distintos, que afirman que se trata de piezas achelenses. El firmante de uno de los dos escritos es un experto del norte de la península, a quien tenemos por uno de los más honestos con quienes hemos topado; porque, como un poco de "Mundología" hace prever, en esas te encuentras con todo tipo de personas. Poco más o menos, como en cualquier otro ámbito de la vida.

El otro escrito va firmado por un experto que, se dice de él, es la mayor autoridad española sobre Achelense.


Varela

. dijo...

Tal como se desprende del artículo que da pie a todo este hilo, el mamut, o Elephas primigenius, fue un elefante, ya extinguido, que existió en la Edad de Piedra.

Y, por cierto, también anduvo por lo que hoy es Barcelona: Hace ya algunos años, se encontró, en la zona del Monasterio de Pedralbes, el esqueleto, enterrado, de uno de esos formidables animales. Estaba muy completo; cosa en la que habrá influído el que a la Naturaleza no le resulta demasiado fácil el diseminar huesos tan enormes. Ahí van un par de medidas de la osamenta de aquel mamut barcelonés: Un fémur de 1.25 metros; y la mandíbula, hallada con sus molares, de 0.75 metros.

El hallazgo citado se opone, más bien, a cierta actitud que consiste en afirmar que, en lo que hoy es Barcelona, no ha podido haber presencia humana paleolítica (ni, en consecuencia, pueden hallarse restos de ella), porque el terreno de la ciudad habría estado sumergido bajo las aguas mediterráneas; el nivel del mar habría sido así de más alto, con respecto del actual. Sin embargo, el mamut fue, a todas luces, un animal de tierra firme.

Otro elefante paleolítico existió, aún más antiguo que el mamut: me refiero a Elephas antiquus, o Palaeoloxodon antiquus. Sus restos aparecen, con cierta frecuencia, asociados al Achelense. Quizás en ello tenga que ver el hábitat que se adscribe a este segundo tipo de elefante: clima cálido, y abundantes vegetación y agua. Ideal, asímismo, para el ser humano. Elephas antiquus es también llamado: Elefante de los pinares.

En Barcelona, se han hallado restos, también, de este segundo tipo de elefante: un par de molares, sueltos, poco gastados. Las características de éstos molares parecen evidenciar que el animal no murió de viejo. No se sabe nada del resto del esqueleto.

También, por otra parte, apareció, en Barcelona, un colmillo de elefante, que podría ser asímismo Elephas antiquus. Parece que con el colmillo estarían otros restos óseos pleistocenos; ninguno de elefante, que se sepa.

Evidentemente, Elephas antiquus era, también, un animal de tierra firme.

Y uno se pregunta qué depredadores tenían los Elephas antiquus.

Tanto el colmillo como los molares proceden de Horta.


Varela

. dijo...

Hace años, aparecieron algunos restos óseos pleistocenos, casi arriba del todo del cerro Turó de la Rovira; sucedió al abrir allí una calle, cosa en la que parece que se descubrió una cavidad montañosa, donde estaban los huesos.

Cuando acabé de leer toda la información que pude conseguir, al respecto de ese asunto, quedé con la impresión de que no se había profundizado demasiado en ello, porque era "lo mismo" que se había encontrado, años antes aún, durante las obras que originaron el Park Güell; en éste caso, fue casi arriba del todo del cerro El Carmelo. Se trata de dos montes contiguos, adyacentes al Valle de Horta, y las dos cavidades montañosas estaban próximas entre sí. Cuando acabé de leer la información de ambos casos, y de apreciar directamente muchos de todos aquellos restos óseos, también acabé convencido de que ambas acumulaciones de huesos fueron producidas por humanos de la Edad de Piedra.

En aquellos dos depósitos, había restos de bisonte y de rinoceronte pleistocenos; que no son animales de los que se piense que vivían en las cumbres de los cerros, ni de los que se diga que acostumbraban a ascender por laderas tan abruptas y dificultosas como las de los dos montes citados; laderas que, evidentemente, no estaban asfaltadas en el Pleistoceno. Particularmente llamativo es el caso de crías de rinoceronte: se encontraron sus dientes de leche entre aquellos huesos.

Y había también caparazones de tortuga pleistocena, rotos a golpes.

Y había también huesos de liebre pleistocena, sólo tres de los cuales se citan como aplastados: dos cráneos y un hueso del rostro.

Y había también restos de ciervo pleistoceno: de pezuña, mandíbula y cornamenta. Nada demasiado carnoso; pero sí potencialmente útil.

Prácticamente todos los huesos de esas dos cavidades estaban hechos pedazos; que es como acostumbran a aparecer los huesos pleistocenos antropizados: se dice que los humanos paleolíticos iban a por el tuétano. Y también estaban hechos pedazos los huesos que se citan con aquel colmillo de elefante.

Si alguna duda tuve en mi convencimiento de que los huesos de esas cavidades montañosas fueron allí abandonados por humanos pleistocenos, se disipó cuando vi el ejemplar "20669". Se trata de un robusto hueso largo, pleistoceno, roto a golpes con algún objeto contundente, como tantos otros de aquellas dos cuevas (y no sólo los caparazones de tortuga), y que muestra visibes marcas de corte en la zona en donde la carne insertaba en el hueso. Los humanos son los que utilizan herramientas de corte, de semejante manera.


Varela

. dijo...

Según nuestras noticias, el sacerdote Norberto Font y Sagué (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/font.htm)(http://alexandri.cat/pdf/redaccio/subterranea25_font.pdf) fue el primer científico (y, tal vez, el único) que acudió a ver, in situ, aquel depósito óseo del Park Güell; depósito que se descubrió mientras unos trabajadores intervenían el terreno, en el curso de aquellas obras.

Sus impresiones, llevaron a Font y Sagué a redactar ciertas dos breves notas iniciales: fueron los dos primeros textos publicados al respecto, que sepamos. Ambos datan del año 1901, nada menos.

En una de esas dos notas, puede leerse: "Hay aún un sin fin de huesos de todos tamaños y formas que serán de muy difícil clasificación por la circunstancia ya mencionada de estar hechos pedazos casi todos ellos y en extraña mezcla... No ha aparecido el más pequeño detalle que indicase la presencia del hombre en esta cueva."

Y, en la otra: "... plancha estalagmítica, sobre la cual aparecían como aplastadas las mencionadas tortugas... No se encontró el menor resto que indicara la presencia del hombre."

De modo que puede concluírse que Norberto Font y Sagué estimó que aquel depósito se había originado por causas naturales, y no antrópicas.

Pero existe, y no porque sí, cierto aforismo latino que dice lo siguiente: "excusatio non petita, accusatio manifesta" (una excusa no pedida en una acusación manifiesta). ¿Por qué Font y Sagué se dirigió, específicamente, a precisar tan concreta cuestión?

Y es que lo que yo pienso es que Norberto Font y Sagué sintió que aquel depósito de restos óseos emanaba antropismo por los cuatro costados, cosa en la que mucho tendría que ver el violento y particular tratamiento que mostraban tales huesos; y que ello le llevó (¿qué, si no?), a Font y Sagué, a mirar si en todo aquello hubiese algo que indicara la presencia del hombre; ello en lo que quizá tenía más de "vertedero" paleolítico, que de lugar de habitación. No habría pruebas de la presencia del hombre, en el sentido de su habitación allí; pero sí había pruebas de su actividad: los propios huesos, y sus circunstancias.


Varela

. dijo...

Tras localizar ("por fin", podríamos decir) el lugar que hoy conocemos como Esquina de los Gatos, tuvimos, en no demasiado tiempo, las siguientes, entre otras, dos impresiones:
-Parecía que se hubiese volcado allí el contenido de las vitrinas de un Museo Achelense, y que se hubiera echado tierra por encima. Buena parte del lugar estaba en erosión, y por ahí vimos, afloradas, multitud de piezas.
-Aquello había sido un lugar de establecimiento achelense, durante mucho tiempo y/o en varias ocasiones.

No sabemos de otro yacimiento, en toda Catalunya, con semejante cantidad y calidad de piezas achelenses.

En los confines de Horta, un lugar de establecimiento achelense; a diferencia de las piezas del contiguo Valle de Horta, en donde tales hallazgos producen la sensación, en general, de tratarse de materiales rodados: que no están arqueológicamente in situ. Si bien son piezas, a menudo, estratificadas; lo cual tiene una especial importancia. Y, por cierto, también la tiene el que todas las piezas, ya sean del Valle de Horta, ya sean de Esquina de los Gatos, muestran un mismo "aire de familia"; formando un amplio conjunto homogéneo.

Hay cierta pregunta, que suele ocurrírsele siempre a alguien, en este tipo de descubrimientos: ¿No se habrán tallado solas las piezas, por fuerzas de la Naturaleza?

Remitimos un lote de piezas, esta vez de Esquina de los Gatos, al experto del norte de la península al que nos hemos referido en una intervención anterior en este hilo. Y nos escribió, al respecto de las mismas: "... puedo observar señales de percusión y manipulación humana...".

Para nosotros, el caso no ofrece dudas: Mismas formas (y achelenses, y no otras), misma tecnología (y achelense, y no otra), mismas soluciones técnicas... Y, en fin, una clara tipología achelense, a lo largo de todos estos materiales. Y vemos que los datos y circunstancias que hemos ido conociendo son concordantes y confluyentes.

Pero, si un tanto ingenua nos resultaría la suposición de que las piezas se tallaron solas, más aún nos lo parecería el que se dijera que, también, se utilizaron ellas solas:

En su tiempo, llevamos una cierta cantidad de piezas, de Esquina de los Gatos, a que fueran analizadas microscópicamente. Y el resultado fue demoledor: multitud de claras y características huellas de uso fueron localizadas en los filos de esas herramientas; y lo fueron por la persona que manejaba aquella sofisticada máquina, nosotros nada sabíamos acerca de cómo se utilizaba la misma.

Enviamos publicaciones, acerca de Esquina de los Gatos, a un afamado experto francés; publicaciones que incluían fotografías de piezas del citado yacimiento. El experto nos agradeció el envío, en el cual, nos comentó: "son presentados sus soberbios descubrimientos de industrias achelenses" (sic).

Enviamos fotografías, de piezas de Esquina de los Gatos, a otro afamado experto; británico, en este caso. Se trata de alguien que conoce muy bien el Achelense; hasta el punto de haber publicado, por ejemplo, un manual acerca del diseño de los bifaces achelenses. En su respuesta, el experto británico se excusó por su tardanza en la misma: había estado trabajando en un yacimiento achelense africano. Al respecto de nuestras piezas, nos escribió: "Ciertamente estos son bifaces achelenses" (sic).


Varela

. dijo...

Por otra parte, creo que he de hacer cierta matización, en relación con el mensaje que publiqué, en el presente hilo, el 24 de julio: Allí, dije que era un "primigenius" el elefante hallado en la zona del Monasterio de Pedralbes. Y, efectivamente, en su momento, se indicó que el elefante era un mamut (un "primigenius"); sin embargo, en el Museu de Geologia de Barcelona, que es donde aquellos huesos están, tienen a ese elefante como un "meridionalis". De ser ésto lo correcto, el elefante en cuestión sería aún más antiguo que el "antiquus", y no más moderno. La serie, en orden cronológico, sería la siguiente, de antiguo a moderno:
"meridionalis"-"antiquus"-"primigenius".
Los elefantes pleistocenos son tenidos por unos marcadores cronológicos bastante buenos.


Varela

. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
. dijo...

Por si alguien tiene curiosidad, o interés, ahí va la lista de todos los documentos que Ramírez y yo hemos elaborado al respecto de todo este asunto, hasta la fecha:

-Artículo: PALEOLÍTICO EN HORTA (Barrio de Barcelona)
Publicado en la revista: la VALL D`HORTA i el GUINARDÓ, nº 9 (enero del 2005); páginas 4 y 5

-Artículo: PALEOLÍTICO EN HORTA (Barrio de Barcelona) II
Publicado en la revista: la VALL D`HORTA i el GUINARDÓ, nº 10 (febrero del 2005); páginas 4 y 5

-Artículo: PALEOLÍTICO EN HORTA (Barrio de Barcelona) III
Publicado en la revista: la VALL D`HORTA i el GUINARDÓ, nº 18 (octubre del 2005); páginas 26, 27, 28, 29 y 30

-Libro: CATÁLOGO DE VEINTICUATRO PIEDRAS TRABAJADAS DE LA EDAD DE PIEDRA, DE LA CULTURA ACHELENSE (PALEOLÍTICO INFERIOR), HALLADAS EN VARIOS LUGARES DE LA ZONA DE HORTA (BARCELONA CIUDAD). Año 2005.
Un ejemplar de éste libro fue depositado en el Arxiu Municipal de Districte (Consell Municipal del Districte d`Horta-Guinardó: Ronda Guinardó, 49; Barcelona); lugar en donde, posiblemente, puedan hallarse ejemplares de las publicaciones que hemos citado y aún citaremos. El libro contiene, a modo de anexos, y al final del mismo, los tres artículos previamente referidos.

-Artículo: PALEOLÍTICO EN HORTA (Barrio de Barcelona) IV -primera parte-
Publicado en la revista: la VALL D`HORTA i el GUINARDÓ, nº 39 (septiembre del 2007); páginas 10, 11, 12 y 13

-Artículo: PALEOLÍTICO EN HORTA (Barrio de Barcelona) IV -segunda y última parte-
Publicado en la revista: la VALL D`HORTA i el GUINARDÓ, nº 40 (octubre del 2007); páginas 10, 11 y 12

-Artículo: HAY TESOROS ENTERRADOS EN HORTA
Publicado en el boletín: L`Informador (La Clota, Horta; Barcelona ciudad), nº 21 (octubre del 2007); página 5

-Artículo: A PROPÓSITO DE CIERTAS PIEDRAS DE HORTA, UN BARRIO DE BARCELONA
Publicado en el boletín: Butlletí Social Centre Excursionista Els Blaus (Barcelona ciudad), nº 16 (año 2007)

-Artículo: ACERCA DE LA PRESENCIA PALEOLÍTICA EN LO QUE HOY ES LA CIUDAD DE BARCELONA, Y ACERCA DE CIERTO YACIMIENTO, A LAS AFUERAS DE LA CIUDAD, RECIÉN DESCUBIERTO E INÉDITO, DE CARÁCTER ACHELENSE -primera parte-
Publicado en la revista: la VALL D`HORTA i el GUINARDÓ, nº 50 (septiembre del 2008); páginas 24, 25, 26, 27, 28 y 29

-Artículo: ACERCA DE LA PRESENCIA PALEOLÍTICA EN LO QUE HOY ES LA CIUDAD DE BARCELONA, Y ACERCA DE CIERTO YACIMIENTO, A LAS AFUERAS DE LA CIUDAD, RECIÉN DESCUBIERTO E INÉDITO, DE CARÁCTER ACHELENSE -segunda y última parte-
Publicado en la revista: la VALL D`HORTA i el GUINARDÓ, nº 51 (octubre del 2008); páginas 24, 25, 26, 27 y 28

-Artículo: MÁS COSAS SOBRE EL YACIMIENTO ACHELENSE ESQUINA DE LOS GATOS -primera parte-
Publicado en la revista: la VALL D`HORTA i el GUINARDÓ, nº 53 (diciembre del 2008); páginas 24, 25 y 26

-Artículo: MÁS COSAS SOBRE EL YACIMIENTO ACHELENSE ESQUINA DE LOS GATOS -segunda parte-
Publicado en la revista: la VALL D`HORTA i el GUINARDÓ, nº 54 (enero del 2009); páginas 24, 25, 26 y 27

-Artículo: MÁS COSAS SOBRE EL YACIMIENTO ACHELENSE ESQUINA DE LOS GATOS -tercera y última parte-
Publicado en la revista: la VALL D`HORTA i el GUINARDÓ, nº 55 (febrero del 2009); páginas 24, 25 y 26

-Artículo: APÉNDICE FINAL: ALGUNA PIEZA MÁS DE ESQUINA DE LOS GATOS. ACHELENSE DE HORTA
Publicado en la revista: la VALL D`HORTA i el GUINARDÓ, nº 56 (marzo del 2009); páginas 24, 25 y 26

NOTA FINAL: Aún es posible que Ramírez y yo elaboremos algún otro documento al respecto; pero no es nada seguro.


Varela